jueves, 27 de enero de 2011

EVALUACIÓN DE LOS CENTROS EDUCATIVOS

Aquí os dejo un enlace de la Revista Eléctrónica de Investigacón y Evaluación Educativa donde se inserta un artículo sobre la evaluación de los centros educativos.  Dicho artículo lo considero interesante debido a que en él se realiza una reflexión en torno a los siguientes tópicos: la calidad educativa, la eficacia y los objetivos de la política educativa.

http://www.uv.es/RELIEVE/v3n1/RELIEVEv3n1_0.htm

domingo, 21 de noviembre de 2010

¿CUAL ES LA UTILIDAD DE LA EVALUACIÓN INSTITUCIONAL?

Esta entrada se trata de un artículo sobre la utilidad de la Evaluación Institucional, que sirve de punto de partida para conocer mejor dicha evaluación y en qué se basa.


La utilidad de la evaluación institucional, abre un debate interesante. La aplicación práctica de sus resultados es, en algunos casos, discutible. En este sentido, existen diferentes enfoques respecto a la utilidad de la evaluación que pueden concebirse de forma complementaria en tanto que pretenden trascender la visión de la evaluación como un mero instrumento al servicio de la toma (o legitimación) de decisiones políticas. Esta perspectiva puede aplicarse transversalmente a todo proceso evaluativo en sus tres niveles (individual, institucional y sistémico), contribuyendo constructivamente a satisfacer las demandas respecto al interés por la calidad educativa que se evidencia en el seno la sociedad. En este sentido, la utilidad del proceso adquiere un matiz diferente para la comunidad en cada caso, como por ejemplo la acreditación, la valoración, la desmitificación, o incluso la clarificación de las actuaciones políticas, aportando al funcionamiento democrático del sistema. Pero la utilidad del proceso evaluador exige una adecuación inteligente a la realidad que se evalúa y la lectura final deberá incluir tanto las consecuencias conforme a los propósitos declarados, como aquellas que aún no habiendo estado previstas, hayan tenido incidencia en la comunidad educativa que fuera objeto de evaluación.


Oportunidades y riesgos de la evaluación

Dice Tiana Ferrer que "la Evaluación es una tarea cargada tanto de promesas como de eventuales frustraciones" (Ferrer, 1996) Tal es así que defensores de la evaluación institucional, suelen ver en ella la posibilidad de alcanzar enormes beneficios. Pero simultáneamente, hay quienes sostienen que su valor es escaso desde un punto de vista práctico. Lo cierto es que la evaluación, en sí misma, es una actividad cuya complejidad genera, cierta ambivalencia puesto que por un lado representa claramente la oportunidad de racionalizar el trabajo, mientras que por otro, lleva implícito un riesgo significativo de desnaturalización.

¿Evaluamos para tomar decisiones?

Antes de responder esta pregunta, deberíamos reflexionar respecto a cómo debería distinguirse una simple evaluación de una investigación?

Efectivamente, podemos observar que cuando se trata de una evaluación, se enfatizan los resultados de su trabajo y por que estos puedan ser adecuados a las particularidades del objeto de estudio, mientras que en una investigación se suele buscar un grado más amplio de generalización.
Pero el punto controvertido es que suele ser un problema significativo de la planificación educativa tradicional: "la brecha que se produce entre la acción técnica y la acción política de una planificación" (Chavez, 1993) puesto que por lo general, el planificador, es considerado un técnico cuyo objetivo es el de hacer operativas políticas asumidas previamente por alguien cuyo rol es el de asumir la toma de decisiones. En estos casos, el planificador ni influye ni modifica la realidad sino que tan solo legitima decisiones políticas.
Desde esta perspectiva, el planificador, debe formular y evaluar proyectos educativos que permitan mejorar la calidad de la gestión educativa.
Entonces, el trabajo del evaluador tendrá, efectivamente, el objeto de emitir juicios de valor respecto a la realidad estudiada, y pese a que la conexión entre tales juicios y la actuación posterior no sea siempre lineal o inmediata, es razonable esperar que tales juicios tengan influencia concreta sobre la toma de decisiones. En este sentido cabe, pues, repasar dos enfoques al respecto:
La concepción instrumental
A comienzos de los años setenta, la creencia dominante se correspondía con que las evaluaciones educativas deberían ser el factor más importante para la toma de decisiones. De este modo, el énfasis se centraba en el valor instrumental de la evaluación. Esta concepción, si bien todavía predomina en algunos sectores, ha perdido vigencia puesto que actualmente, se considera que la función de la evaluación es mucho más compleja que su utilidad estrictamente instrumental.
Pero lo cierto es que la toma de decisiones en el ámbito educativo, involucra la relación de múltiples variables
cuyo peso suele depender de diferentes factores cuya complejidad es evidente. Dentro este contexto, los resultados de una evaluación representan posiblementne uno de los elementos a considerar, pero improbablemente el único o el más relevante.
Concepción iluminativa
De acuerdo a este enfoque, la función de la evaluación no se limitaría a conformar un instrumento de orientación dirigido a la toma de decisiones sino que sería concebida como un trabajo cuyo objetivo general sería el de indagar sobre la naturaleza de los procesos educativos dentro de un contexto determinado. Siguiendo a Ferrer, la perspectiva esclarecedora o iluminativa, posibilitará:
a. Sensibilizar a la comunidad educativa respecto a las problemáticas dominantes en un momento dado.
b. Promover la conciencia social en relación a determinadas problemáticas de la comunidad.
c. Desmitificar la eficacia de ciertas prácticas o enfoques arraigadas dentro de los hábitos de la comunidad educativa.
d. Clarificar los resultados de las actuaciones políticas independientemente del contenido de los informes que circularan sesgados por la propaganda oficial.
1.2. Efectos diferidos
Si bien, como hemos señalado, la evaluación buscaba en su primera etapa una justificación social en su utilidad instrumental, es posible afirmar hoy que esta se halla legitimada en una combinación que incorpora un enfoque iluminativo ampliando y enriqueciendo la perspectiva anterior.

Diferentes niveles, diferentes utilidades

Es posible distinguir tres niveles diferentes de evaluación institucional, cada uno de estos niveles supone, naturalmente, una aplicación particular.
Nivel individual
La evaluación supone, en este caso una valoración de la actividad de los diferentes individuos que participan en el proceso educativo. En este nivel, alumnos y docentes son sometidos al proceso evaluador.
Los usos específicos de la evaluación en este nivel, refieren tanto a aspectos sumativos como formativos. Esto significa que no solamente generará juicios de valor que pudieran afectar la carrera de docentes o la valoración del rendimiento académico de los estudiantes, sino también que puede cumplir funciones de acreditación y desarrollo contribuyendo a certificar logros académicos y profesionales.
Nivel institucional
Este nivel requiere de la evaluación una valoración de las instituciones o entidades singulares que componen un determinado sector del sistema educativo. También es posible identificar una dimensión formativa que, orientada hacia el interior de la institución tendrá por objeto proporcionar información útil en tanto, enfocando los puntos débiles, genere un punto de partida para iniciar mejoras institucionales.
Así mismo, se encuentra presente en este nivel una dimensión sumativa que, dirigida esencialmente hacia el exterior de la institución se vincula a la rendición de cuentas o de supervisión. En este sentido, podemos decir que la evaluación tiene la peculiar utilidad de proporcionar información a los ciudadanos respecto al uso de los recursos públicos en materia educativa.
Nivel sistémico
Supone una valoración del sistema desde una perspectiva global involucrando aspectos vinculados a la conducción y a la información pública. En efecto, existe un nuevo estilo en la administración pública que se estaría extendiendo también en la gestión educativa:
Por otra parte, en la medida que la evaluación contribuye a esclarecer la naturaleza del sistema educativo, contribuye además al debate público y, en última instancia, al funcionamiento democrático de la sociedad.